lunes, 22 de agosto de 2011

Me voy de camping


Una semana y un día exactamente desde que llegué isla de hielo. Y parece que llevo un año. Intenso es poco para definir esta última semana.

Efectivamente el Boarding School está en medio de la nada. Aunque no hemos pasado demasiado tiempo en ella, todo sea dicho. Yo duermo con dos chicas francesas (sí, francesas), Lucile y Anouck. Tenemos una conexión móvil a internet bastante precaria; de hecho, en cuanto nos conectamos más de 5 empieza a dejar de funcionar... Así que, si no escribo/contesto es por eso. Bueno, y porque no he tenido tiempo ni para pensar.



El martes llegamos a la uni sobre las 11 y tuvimos varias charlas informativas. La directora de la oficina de International Affairs (la ministra de exteriores de la uni, más o menos) habla perfecto español y al parecer nos tiene bastante enfilados o, por lo menos, controlados (por eso de no ir mucho a clase, porque nuestro inglés -en general- es "justico" y porque, básicamente, ha pasado tiempo en España y nos conoce bien). Según Luis, un chico que lleva aquí un año y que ahora es responsable de que no quememos la Boarding School, si cumples sus expectativas, es un sol; como no las cumplas, agárrate. Pero, no nos agobiemos, que yo soy muy buena chica y no tengo intención de desviarme. El caso es que esta mujer, Margaret, nos ofreció a Tanit (otra chica española) y a mi dar clases de español a 2 niñas, hijas de una empleada de la uni. Por supuesto dijimos que sí. Empezamos esta semana, aunque no sé muy bien cuando. La pequeña tiene 4 y la mayor 8; van de vacaciones a España en un mes y quieren aprender a pedir helados y contar hasta 10. Después no sé si seguiremos. Ya os contaré.


El caso es que el martes por la tarde, después de las charlas y actividades varias con el fin de que nos fueramos conociendo, nos llevaron a Esja. Los Reykjavikienses (vikingos, véase) le llaman "our mountain" porque avecina todos los nubarrones (como el monte no sé cual de hondarribi, según mi aita :) ). El caso es que allá nos plantamos todos dispuestos a subir el Esja (con una bolsita marrón que nos dieron con un sandwich, una manzana, una chocolatina, un batido de chocolate, y un skyr, que es un yogur típico de aquí -así, denso, tipo al griego; así que Jul, ya tienes sustento para tus cenas ;) -). Gracias a dios vino Hannes (my buddy, ya bautizado como superbuddy porque me salva la vida tres veces al día aproximadamente) y me llevo la bolsita todo el camino. VIENTO? Viento no es NADA comparado con el tornado ese. La madre de díos. El viento de Tres Hombres es un chiste al lado de aquéllo. Por supuesto, venía de frente, con lo cual, por cada paso que dabas para adelante, dabas dos para atrás. A esto, añádele la risa floja y Danny, un chico alemán muuuuy gracioso, que de repente decía "ok, I'm staying here. That's it" (algo así como, "bueno, se acabó, yo aquí me quedo"). No pudimos subir a la cima (900m, no os creais) por el viento; sacamos unas fotitos y vuelta para abajo, que estaba Margaret y otras de la oficina internacional preparando chocolate caliente. Esa noche dormí con jersey y calcetines (gracias Jul por ese magnífico regalo from Canada).


El miércoles, vuelta a la uni. Vuelta a las charlas y juegos varios (y un poco estúpidos) para ir conociéndonos más. Aquí es donde empecé a hablar más con Hannah (alemana también, amiga de Danny), me río mucho con ella. Después, Sonja (presidenta del Comité de no se qué de estudiantes de intercambio...), que también es estudiante de derecho, nos invitó a mi y a otros chicos de derecho, a un "coctail party" de la escuela de derecho en un museo, en Reykjavik. Allí conocimos a varios estudiantes islandeses de derecho, aunque todos iban a cursos inferiores (aquí el instituto es hasta los 20, de modo que los de 23/24 todavía están en 3º) y no creo que coincidamos en ninguna clase con ellos. Pero muy agradables. Son muy abiertos los islandeses; se te acercan a hablar sin problema y se interesan mucho por tu opinión sobre su país. Eso sí, los nombres son impronunciables y te sientes fatal porque a los 2 minutos ya no sabes como se llama.


Después del coctail party, fuimos (los de derecho) a un sportsbar que está en el centro de Reykjavik (en el parque pequeñito del que os hablé el otro día, en el que estaban todas en tirantes) a ver el BarÇa-Madrid. De ahí, al autobús y a la resi.

El jueves el bus salía de la resi a las 7.35, de modo que dormimos más bien poco. Estuvimos en la uni todo el día, y a las 2 tuvimos clase. Law on European Convention of Human Rights. Un poco aburrida la verdad; pero bueno. Poco a poco. Estábamos como 16 en clase y 7 éramos Erasmus. Ah, la universidad es IN-CRE-I-BLE. Estrenaron el nuevo campus el año pasado... es una pasada. Tenemos hasta una especie de cocinita en el área de Derecho.





Acabamos a las 4.30 y a las 5.30 cogimos el bus a la resi. Por el camino paramos a hacer compra y a comprar alcohol (recordad que aquí hay que ir a tiendas especiales). Una botella de vodka absolut: 5000Kr. Unos 30€. Y las cervezas 220kr cada una aprox. (como 220 pesetas). El jueves hicimos fiesta en la resi; estuvo bien. Y hubo primeros romances (igual que en los campamentos; es igual). El viernes ni clase ni gaitas. Creo que fueron 10 a la uni. Pero el resto nos quedamos aquí; además había que preparar todo para el camping.


El camping. Gracias a dios, Hannes me dejo una tienda de campaña para 4 personas, aunque dormimos 3 (Lucile, Anouck et moi), que era como un palacio. Al menos en comparación con el resto de tiendas (sobre todo de los Erasmus, que tenían, la mayoría, unas churrianadas que vendía Nova (como Movistar) por 2 duros y para dos personas). No tuve ningún problema para montar la tienda: dirigí la operación estupendamente mientras 5 hombres la montaban. No hay como estudiar dirección de empresas... :D De modo que el problema "ale michica, monta la tienda de campaña" superado. Cenamos, otra vez, hot dog. Estoy de los Hot Dogs hasta los mismísimos. Ya hemos comido como 3 veces. Y había ceveza (Turborg) gratis. Bueno, pagamos 2000Kr (12€) por todo. Haciendo honor a mis orígenes, y tras ser avisada de que la cerveza se acaba, escondí (con Hannah) varias cervezas en mi palacete. Luego descubrí que todo el mundo hizo lo mismo, así que no fue un acto tan heroíco como pensaba.



La fiesta era en una especie de nave; tocó un grupo islandés -bastante decentes, por cierto- y a ratos ponían música y tal. Creo que estábamos cerca de 300personas, y unos 70 erasmus. Los islandeses son cojonudos. Venían a hablarnos, simpáticos. Eso sí, no te suenes los mocos delante suya, porque es de mala educación (me lo dijeron ayer). Todos llevaban unas chaquetas con lana de oveja, típicas de aquí (que tendrán un nombre pero no me lo sé), que creo que me dan alergia, porque cada vez que entraba a la dichosa nave me ponía a estornudar (y a hacer ruiditos raros con la garganta; pri&eg, sé que os encanta). Aunque ayer me dijeron que había paja en el sitio ese, así que puede ser que fuera eso... El caso, que tenía alergia y es mucho más divertido pensar que era por las dichosas chaquetas islandesas. Un dato importante: los islandeses tienen problemas con la administración del espacio personal. EMPUJAN. Empujan, no se enteran que empujan y no piden perdón. Eso sí, tú también les puedes devolver el empujón y, salvo que les tires la cerveza -en cuyo caso hay un alto riesgo de acabar herido-, no te dicen nada. Pero es muy gracioso (y un coñazo, porque vas de lado a lado).

Lucile (la rubia de la foto; a su derecha, Anouck) apareció a las 2 de la mañana con dos pares de calcetines, dos pantalones, tres camisetas y dos jerseys, diciendo que no podía dormir porque hacía mucho frío. Así que decidí que era mejor aguantar hasta que saliera el sol y calentara un poco. Pero no aguanté y a las 4 estábamos las 3 en la tienda, meadas de la risa por el frío. Sin embargo, y contra todo pronóstico, mi maleta ha resultado estar repleta de cosas útiles, y no pasé frío. Eso sí, a las 9.30 ya estábamos despiertas. Llegamos a la resi sobre la 1.30-2, comimos algo (con Luis -el chico que lleva aquí un año y que ahora está de "responsable" de la resi- y el chófer del autobús que nos trae y nos lleva -Christian, que es islandés-) y a las 5 salió el bus a Reykjavik. Era "Cultural Night" y las calles estaban llenas de gente. Incluso vimos a varios disfrazados de vikingos. Muy gracioso. Me recordó a todos esos museos de vikingos que nos zampamos en Dinamarca. Cenamos una pizza en un parque al son de algún grupo islandés y tomamos una pinta (850Kr) en el sportsbar en el que vimos el partido el otro día. A las 11 había fuegos artificiales (el evento del día) y fuimos a verlos al tejado de Hofdi, la residencia en la que probablemente viva a partir del 1 de septiembre. Fijaos si fueron cortos que fui a hacer un pis y para cuando subí ya habían terminado. Di que, como no me hacen mucha gracia, tampoco me importó lo más mínimo. Eso sí, las vistas desde el tejado, preciosas.

Por cierto, este país en 2 años va a triplicar su población. Había más silletas que personas por la calle. Es una barbaridad. Niños, niños y más niños. La media ronda los 24 yo creo...


Tras varias ofertas para quedarme a dormir en Reykjavik (Ingla, una chica islandesa que está metida en la organización de Erasmus) -aquí hay mucha fiesta los sábados y ayer en particular- decidí volverme a la resi, porque hoy quería descansar de una puñetera vez y poner una lavadora (sí, efectivamente. Hija de mi madre, nieta de mi abuela, ahijada de mi madrina). Y eso he hecho. He estado todo el día con Hannah, la chica alemana de la que ya os he hablado, de la cocina al salón, del salón a la habitación... Hemos dado un paseo por los alrededores de la residencia. Nos hemos tirado en el musgo, que es muy blandito. Y casi me he hecho pis de la risa. Ah, y hemos visto a caballos islandeses pelear y fornicar.


 



Hemos cenado cereales y yogurt (skyr). Porque ya se nos ha acabado el resto (más o menos). Este mediodía he hecho una tortilla (que ha acabado en revuelto porque la sartén es horrible y tenía pocos huevos) con champis, tomate, jamón york y queso que ha salido buenísima. No así el arroz de Luis que estaba crudo. Pero bueno, "he tried" que diría aquél.



Mañana cogemos el bus a las 7.35. Con que debería de estar ya en la cama si quiero dormir 8 horas. Esto del erasmus es una paliza constante. Mañana creo que tengo 2 clases. Y después tengo libre hasta las 7 que vuelve el bus a la resi.

Estoy harta del campo ya. Quiero casas. Y coches. Y tiendas. :D.

Un beso a todos. Os quiero.

A.

3 comentarios:

  1. Es cierto, el revuelto de huevos estaba muy rico y mi arroz era incomible... pero tiene que enterarse todo el mundo? xD Por lo demás me encanta el artículo :)

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  2. Jaja, buen artículo. También interesante para enterarme de lo que ocurre por el Boarding School!!
    Un saludo
    Juanma

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  3. Oh la la Señorita Cabasés...
    Un besito desde Estella

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